sábado, octubre 22, 2005

AVALANCHA DE INMIGRANTES SUBSAHARIANOS. VERSIÓN PARA EL INCONFORMISTA DIGITAL

Avalancha de inmigrantes subsaharianos - por Milagrosa Carrero Sánchez
Enviado por: redaccion


"Se impone el sentido común, y ahora le toca a Europa, aunque sólo sea por controlar el flujo de inmigrantes, implicarse en la normalización de la vida de estas poblaciones, en sus países de origen, única forma de evitar su emigración."


Ni nos “pilla” por sorpresa, ni ignoramos los motivos que ocasionan estas oleadas de desesperados inmigrantes en busca del anhelado sueño de Europa. Las soluciones al problemas inundan las páginas de los diarios, y la red. ¿Quién puede sorprenderse de que miles de subsaharianos estén intentando cruzar hasta Ceuta o Melilla desde Marruecos, cuando sólo en Níger asistimos diariamente a la muerte de cuarenta niños? Más de mil doscientos niños han muerto de hambre en el último mes en allí, pero el peligro del hambre planea sobre 150.000 pequeños más, que no llegarán ni a plantearse cruzar la frontera.

Es ingrato tener que remover un tema tan escabroso como el del mal reparto de la riqueza en el mundo, sentada frente a mi ordenador, desde este soñado “paraíso” de Europa en el que, por una sencilla cuestión de suerte, nos ha tocado nacer. Pero aunque resulte impopular, y aburrido, hay que recordar, que países como Etiopía, Somalia, o Níger, y hablo sólo de África, se encuentran en una grave situación de hambre, que la ONU, ha denunciado, e intenta aliviar, de alguna manera, pidiendo a la comunidad internacional que aumente los fondos para el Programa Mundial de Alimentos.

La respuesta de la comunidad internacional ante este problema, es lenta y en muchos casos poco favorable. Sin ir mas lejos, los Estados Unidos, tuvieron la desfachatez, de publicar en un memorando del Consejo Nacional de Seguridad, que el hambre debía ser utilizada como arma, para apoyar su política, aclarando que la ayuda debía dirigirse sólo a aquellos países considerados como sus amigos.

Por otro lado, todos sabemos, que proporcionar alimentos y medicamentos, a estos países tan afectados por la hambruna, es una solución de emergencia, lo que popularmente se cuenta como “pan para hoy, y hambre para mañana”, sobre todo si tenemos en cuenta, que el problema de estas zonas no lo es tanto la falta de alimentos, como la extrema pobreza de sus habitantes que no pueden acceder a ellos por falta de recursos económicos.

De manera, que mientras el Fondo Monetario Internacional, mantiene “el programa de austeridad”, exigiendo premura en el pago de su deuda, los países afectados se ven obligados a drásticos recortes presupuestarios en su economía, lo que repercute, en pocas palabras, en la subida de los precios de los productos que importan, y en la bajada de los que exportan, como el uranio, que durante los últimos 25 años, no solo se ha mantenido, si no que se ha devaluado, sin otra explicación.

Y si alguien se pregunta para qué los países pobres contraen una deuda que no pueden pagar, todos sabemos los dos motivos básicos. Por un lado hacer frente a los conflictos bélicos en que, títeres de las grandes superpotencias, se han visto envueltos, y por otro, acometer las obras de infraestructuras necesarias para salir del subdesarrollo.

Mas cruciales son esas otras preguntas, que todos nos hacemos, y que dan la clave de muchas respuestas: ¿A quien puede interesarle esta situación de las cosas? ¿Qué país es el primer exportador de armas del mundo? ¿Quién se beneficia con la existencia de esta pobreza? ¿Es casualidad que el Programa Mundial de Alimentos genere en Estados Unidos un millón de puestos de trabajo, además de dar salida a sus excedentes agrícolas?

Y mientras este pez se sigue mordiendo la cola, nosotros, nos encontramos con el serio problema de recibir más de 500 inmigrantes ilegales diarios, previamente detenidos, y un incalculable número de otros muchos que se “la juegan” en patera, por ese traicionero estrecho.

Se impone el sentido común, y ahora le toca a Europa, aunque sólo sea por controlar el flujo de inmigrantes, implicarse en la normalización de la vida de estas poblaciones, en sus países de origen, única forma de evitar su emigración.

De momento, los ministros de asuntos Exteriores de los países receptores, junto con Marruecos, están estudiando y buscando soluciones a “su” problema fronterizo, pero los efectos de estos desequilibrios afectan a Europa en su conjunto, tanto desde el punto de vista económico, como cultural, y ha de ser la Unión Europea, como tal, quien aborde el problema, presionando, para aliviar la deuda que pesa sobre estos países, y firmando tratados que impongan, de una vez por todas, el abandono del lucrativo negocio armamentístico del que pueblos enteros del tercer mundo son víctimas.

Habrá que aportar fondos, aunque a todos nos cueste, para mejorar, lo indispensable, esas infraestructuras, de saneamientos, canalizaciones, potabilizadoras, carreteras, hospitales, y todos esos sistemas básicos que puedan convertir la economía de los países del tercer mundo, no ya en competitiva, pero sí, al menos, en sostenible, y compatible con una forma de vida digna, que cubra las necesidades básicas, para todo el conjunto de la población, y que aporte salidas a todas esas personas que, hoy por hoy, no encuentran otra, que coger el hatillo, y cruzar lo que, en su día, fue la selva, para jugarse la vida, intentando llegar a Europa, única esperanza de supervivencia, para esos hijos que ahora se les mueren en las manos.

Estoy segura, que así y solo así, dejarán de ser un problema, en Ceuta, Melilla, Canarias, o las costas del Estrecho las avalanchas de inmigrantes subsaharianos.

Milagrosa Carrero Sánchez. Cáceres.
Colaboración. El Inconformista Digital.

Incorporación - Redacción. Barcelona, 29 Septiembre 2005.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo nunca las he visto tan bien puestas como ESTAS...