27/10/2007
El extremadura la día
25/10/2007
Puede que no se lo imaginen, pero no me refiero a la de torero, piloto de Fórmula-1, camionero, albañil o sanitario. Les hablo de la aparentemente sosegada profesión docente. Y cuando hablo de los riesgos de la docencia no quiero minimizar la importancia de las enfermedades profesionales, pero tampoco estoy pensando en las maltratadas cuerdas vocales de profesores y profesoras, ni en la continua exposición de estos a toda clase de afecciones víricas y bacteriológicas, ni siquiera en el más que probable riesgo de contagio de piojos con el que convivimos cada día, si no en el peligro potencial de coincidir en el tiempo y en el espacio con algún padre, madre o alumno que, acostumbrado a resolver sus conflictos con la violencia, se sienta sencillamente incomodado por alguna nota o sanción disciplinaria. Es una realidad conocida y asumida por el colectivo y por la propia Consejería que cuenta con un Protocolo de Actuación Rápida para poner los servicios jurídicos administrativos a disposición de los profesores afectados, en los casos de agresión, y que hace unos días se ha tenido precisamente que aplicar como respuesta a los desagradables incidentes de Navalmoral y Villanueva.
Por si alguien no se lo imagina, calculen que cada docente de Secundaria atiende, por término medio, entre cuatro y ocho cursos de 25 alumnos, lo que supone, por curso escolar y profesor, entre 100, y 200 alumnos de diferente índole y condición, desde los genios a los de necesidades educativas especiales , sin excluir a nadie, e incluyendo a los afectados por cualquier tipo de trastornos del comportamiento. Es una realidad que chorizos, gánsteres , traficantes, matones, ladrones, o estafadores, también fueron, en un momento de su vida, al instituto, y por supuesto, tienen que llevar a sus hijos a nuestros centros. Las aulas son un fiel reflejo de la sociedad presente, y tener alumnos respetuosos o considerados es tan probable como tenerlos despreciativos y maleducados. Por desgracia sucede lo mismo con sus padres.