martes, noviembre 13, 2007

De la refinería a la nuclear

Posicionarse públicamente en ciertos temas es comprometido y asegura a los que lo hacen, cuando menos, la incomprensión de los contrarios, y la violencia dialéctica de aquellos que incapaces de compartir con el resto de la gente el sagrado derecho a la opinión, se lo toman como algo personal.

Y así si apoyas la instalación de una refinería en Extremadura te conviertes en blanco de insultos y descalificaciones de determinadas y concretas personas que no admiten opiniones contrarias a la suyas, pero si además abogas por la no ampliación de la prórroga de la Central Nuclear de Almaraz te desubicas totalmente, y pierdes el resto de las simpatías.

Puedo entender las posturas radicales pero no quiero una Extremadura intocable que permanezca virgen mientras nuestros hijos se marchan a trabajar a Barcelona, o al País Vasco, a convivir con la polución atmosférica, en busca de trabajo, y nuestra tierra sobrevive de la generosidad exterior. Yo también quiero desarrollo sostenible pero real, y cuando digo desarrollo hablo de hacer autovías incluida la de Cáceres a Badajoz, y una buena red de carreteras con arcenes y carriles de adelantamientos, a pesar y sintiendo mucho que los buitres leonados, los linces o los jabalís tengan que adaptarse al nuevo entorno. Hablo de una Extremadura que ha de asumir el inevitable impacto ambiental que supone el desarrollo, porque crecer implica ciertos sacrificios.

Modificar el entorno es consustancial con la actividad tecnológica e inevitable fuera de las cavernas, pero ¿hasta dónde es conveniente? Y es aquí donde entiendo que ni se puede decir no a todo, ni tampoco a todo sí. Hay que poner en la balanza las partidas y seleccionar cuáles son los sacrificios y los riesgos que estamos dispuestos a asumir a cambio de un cierto desarrollo, y en este punto, yo personalmente no estoy dispuesta a apoyar la ampliación de la prórroga para el funcionamiento de la Central Nuclear de Almaraz que finaliza en el 2010, fecha en que debería clausurarse. Porque, aunque decirlo solo me proporcione complicaciones, tengo una cosa muy clara:
Que el impacto ambiental que podría derivarse de un hipotético accidente, más probable cada día, a medida que la instalación es más vieja, sería en el tiempo y en el espacio, incomparable a la contaminación producida por todas las industrias que pudiéramos instalar juntas , y por no hablar del problema añadido de la acumulación de residuos.

1 comentario:

Jon Marcato dijo...

Si a una de tus frases le añadiésemos un No, también descubriríamos muchos insultos, atropellos, acosos e incluso detenciones ilegales. El párrafo es el siguiente manipulado sería el siguiente:

“Y así si NO apoyas la instalación de una refinería en Extremadura te conviertes en blanco de insultos y descalificaciones de determinadas y concretas personas que no admiten opiniones contrarias a la suyas…”

Y si el anterior párrafo se difundiese y tomase protagonismo en los diarios y periódicos locales y regionales y en la televisión pública regional, al menos de igual manera que se difunde la opinión de lo necesario de instalar una refinería en nuestra región, si esto ocurriese, posiblemente se producirían hasta dimisiones en el PSOE.

Respeto tu opinión pero creo que en general, tu postura cuenta con más apoyos que la mía. Y a los medios de prensa escrita me remito.

Un beso.