martes, diciembre 08, 2009

AGUA BENDITA, AGUA VENDITA


Como ejemplo de consumidor habitual de agua “vendita” valemos todos. Yo personalmente para beber la compro embotellada a una empresa, con marca blanca, que, como tantas otras, se está forrando. Claro, en mi ciudad el agua huele a química, sabe a cloro y casi siempre tiene un color marrón, eso sí, todo dentro de la ley, que para eso se encarga la normativa de dejar los límites muy por encima de lo que soporta el paladar y la educación sanitaria del cacereño medio. Por eso digo que es “bendita” para sus dueños, porque a pesar de ser un bien de primera necesidad, y no siendo especialmente escaso, es cada día más caro.

Para el resto de las necesidades domésticas se la compro al Canal de Isabel Segunda, que es la empresa concesionaria de la gestión del agua en Cáceres, y cuya licencia está a punto de cumplir. Por cierto, que no tiene que ser un mal negocio ésto del agua porque desde lejos se oyen las dentelladas entre las empresas aspirantes (El Canal, Acuagest…ect), y las presiones para que se prorrogue durante otros treinta o sesenta años la gestión privada parece que ya están dando frutos, porque donde dije digo, digo diego, la señora Alcaldesa ya se niega a cumplir el acuerdo de reversión del servició que la llevó a la Alcaldía con el apoyo de IU, y además, está decidida a saltarse, a la torera, el acuerdo del Pleno municipal en el que se comprometió a que la gestión del servicio, en aras de que fuera lo más pública posible, se hiciera a través de una empresa mixta con un 51% de capital municipal.

Sin entrar en detalles sobre la calidad de dicho servicio, que deja mucho que desear, -¿sabían ustedes que el agua “potable” con la que “el Canal” se permite regar las calles y los jardines cacereños, las pagamos los usuarios en el recibo, al igual que las innumerables pérdidas?- y simplificando mucho el problema…Yo no sé “quienes” van a beneficiarse en el reparto, pero viendo lo que vengo pagando , en los últimos años, en el recibo, cada día más caro, de este “líquido” en cuestión, que pocos se atreven a beber, comprendo que alguien va a forrarse a costa nuestra.

Echen ustedes cuentas pero me temo, -y no olvidemos que a la empresa se le garantiza un beneficio fijo-, que para amortizar los treinta y un millones de euros del canon, que le exige el Consistorio, ofrecer en unas mínimas condiciones el servicio, y cubrir el beneficio empresarial, los agraciados que finalmente, se lleven el gato al agua, nos van a subir el recibo más de un 50%, si no me quedo corta. Con que el agua será bendita para los dueños, porque para mí es más bien vendita, ¡y a qué precio!.

Mila Carrero Sánchez