domingo, septiembre 19, 2010

Y COLORÍN COLORADO… ESTE CUENTO SE HA ACABADO

Y COLORÍN COLORADO… ESTE CUENTO SE HA ACABADO

Era sé una vez un lugar en el que los niños merendaban jamón de york, yogurt, y queso fundido en tarrinas individuales. Eran niños escolarizados, vacunados, y a los que se les revisaba anualmente la dentadura, todo ello a cargo del Estado. Niños con bicicleta, y televisión desde pequeños, y con videoconsolas y teléfono móvil desde la adolescencia, cuyos padres solían hartarse de trabajar por un sueldo más o menos digno para pagar una hipoteca que se comía más de la mitad del mismo hasta su prometida jubilación. Niños que comían cinco veces al día, hacían actividades extraescolares y vivían en una casa que creían propia, sin plantearse si el mundo giraba o no.

La gente trabajaba duro y, más o menos felices, protestaban poco. Sabían que cuando enfermaban la sanidad pública les garantizaba la mejor cobertura de manera gratuita, y que cuando alcanzaran los sesenta o sesenta y cinco años, como mucho, podrían retirarse con una pensión suficiente para sobrevivir, y atrincherarse, una vez superado el gasto de la hipoteca, en esa vivienda que, como un agujero negro, se llevaba todos sus ahorros. Con techo, pensión, y medicinas gratis; Y después de haber criado, dado estudios, y colocado a todos y a cada uno de los hijos, a algunos aun les quedaban ganas de disfrutar de las famosas excursiones, en temporada baja, del INSERSO... Qué más se puede pedir.

Bajo la idílica superficie las aguas se movían, corría el dinero, y casi siempre en la misma dirección.

Recuerdo que la reconversión industrial se había explicado como un mal necesario y muchos se fueron a la calle con no demasiado ruido. Desde aquel tiempo se nos acostumbró a que ser demócratas era obedecer las órdenes de una entidad superior ubicada en algún lugar del extranjero. Así aceptamos, como un pueblo sumiso, las instrucciones europeas, y con la mayor docilidad arrancamos nuestras cepas, abandonamos la producción de aceite, de leche, y en general el campo, por no hablar de la pesca. Cuando desmantelaron las grandes empresas públicas (Correos, telefónica, Renfe, etc) para beneficio de las ávidas empresas privadas de la competencia, sólo protestaron sus trabajadores. Tampoco protestó nadie cuando los colegios privados se convertían en emporios, a costa de las subvenciones públicas, o cuando las clínicas privadas empezaron a proliferar gracias a los pagadísimos conciertos sanitarios. El Estado adelgazaba dando paso a las mafias capitalistas.

Pero la gente creía que los petit suis estaban asegurados para siempre, y a nadie se le hubiera ocurrido entonces que l@s niñ@s de la “generación de la abundancia”, inaugurarían la era de los contratos basura, pasarían gran parte de su edad adulta entre el paro y la mayor precariedad, jamás llegarían a cotizar lo suficiente para tener una miserable paga de jubilación, y sería la primera generación del primer mundo considerablemente más pobre que la de sus padres.

Y, sin embargo, nadie sale a la calle. Nos han comido el coco hasta el punto de paralizarnos. La labor pedagógica del sistema capitalista ha logrado desmantelar, además del incipiente estado de bienestar, nuestras aturdidas mentes de inocentes consumidores, demasiado entretenidos frente al televisor viendo los partidos de “la roja”, o la visita del Papa, o el triunfo de Nadal, o del cantante de moda del programa de moda que toque como comedura de coco cada temporada.

Frente a ésto da igual que les bajen el sueldo a los funcionarios, o que congelen las pensiones, o que la reforma laboral ofrezca formas de contratación en condiciones de explotación severa y se cargue, de paso, lo que quedaba de los sindicatos de clase.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado, y ojalá vivieran felices y comieran perdices pero me temo que, muy al contrario, nuestros hijos vivirán peor que nosotros y, si nadie lo remedia, nuestros nietos peor que nuestros hijos.

Milagrosa (Mila) Carrero Sánchez

martes, mayo 25, 2010

MIS DUDAS

25.05.2010

Mi pregunta es ¿y que se llevan ellos?.

Porque yo puedo entender que las cuatro mil y pico de personas que son dueñas del 80% de la riqueza de nuestro país prefieran que el déficit presupuestario español se solucione quitándoselo del sueldo a los funcionarios, a los pensionistas o al erario público en general, antes que pagando ellos más impuestos.

Puedo entender que las grandes Sociedades de Inversión (SICAT) luchen con uñas y dientes para que las rentas del capital sigan pagando un vergonzoso 1% frente al 43% que tributa por su salario cualquier hijo de vecina.

Puedo entender que las Cajas y Bancos quieran que el dinero de los contribuyentes se use para cubrir sus agujeros en vez de para contratar a Inspectores de Hacienda que impidan el fraude Fiscal y la huida del dinero a los paraísos fiscales donde evitan que tribute.

Puedo entender que los beneficiados del sistema, como la Iglesia Católica, que aparte de recibir anualmente una incalculable cantidad estimada en varios cientos de millones de euros, está eximida de pagar el IBI de su innumerable patrimonio y otros impuestos, prefiera que se le congele el sueldo a los pensionistas a que se le reduzca o elimine su privilegiada financiación.

Puedo entender que los que se enriquecen alrededor de Casa Real y la Corona se parapeten en evitar que a ésta se le exija el rendimiento de sus cuentas, o que se elimine su financiación, aunque para ello haya que amortizar 8 de cada 10 puestos de funcionarios que se jubilen, con el consiguiente empeoramiento en la calidad de los servicios públicos.

Lo que no me cabe en la cabeza es que unos Gobernantes que se llaman Socialistas, de un partido que se llama socialista, se apunten de manera altruista y desinteresada a machacar a la clase trabajadora, a desmantelar la estructura que sostiene nuestro pretendido estado del bienestar, a transferir el dinero público a la Banca, a adelgazar la calidad y cantidad de los servicios sociales, a dinamitar la sanidad, la enseñanza, el sistema de pensiones, la cobertura farmacéutica, a reducir las inversiones en infraestructuras y en investigación, a cargarse las prestaciones sociales, y a acometer una reforma laboral que deja vendidos a los trabajadores sin recibir algo a cambio por su impagable servicio al sistema capitalista.

Milagrosa (Mila) Carrero Sánchez

sábado, mayo 08, 2010

PAÑUELO SÍ, PAÑUELO NO

9 de mayo de 2010



A estas alturas a nadie se le escapa que no estamos hablando de un pañuelo, de un cinturón o de unos zapatos. Hemos entrado en una discusión compleja y llena de matices: el uso del pañuelo Islámico.

Esta discusión ni se plantearía si las leyes iraníes no ordenaran que todas las mujeres jóvenes deben usar el velo y cubrir sus cuerpos con un largo traje negro, si allí mismo el testimonio de un varón en un juicio no valiera lo mismo que el de dos mujeres, si a las mujeres no se les prohibiera en dicho país islámico ser juezas, o candidatas a la presidencia. Esta discusión no se plantearía si en países como Afganistán las mujeres no tuvieran prohibido trabajar, salir solas, o caminar por las calles, sin estar cubiertas de pies a cabeza. No se plantearía si en Arabia Saudí las mujeres pudieran votar, si en Camerún no fuera el marido quien decide si la mujer trabaja o no, si en Sudán no se permitieran los matrimonios forzados, si en Nigeria no estuviera permitida legalmente la violencia de género, si en el Líbano no se le redujera la pena al hombre que mata a su esposa, o a otra mujer de su familia, demostrando que cometió el delito en respuesta a una relación sexual socialmente inaceptable de la víctima, etc.

No estamos hablando del pañuelo, estamos hablando de la discriminación, la esclavitud y la violencia. Y claro que una mujer adulta y libre tiene tanto derecho a elegir su vestimenta cómo el resto de los ciudadanos, pero no está obligada a que se la impongan, y precisamente en protección de estos derechos individuales se plantea la necesidad de controlar su uso.

En primer lugar habría que distinguir entre las diferentes edades:

Cuando nos referimos a menores, éstos deben estar protegidos por la Ley incluso de sus propios familiares. Los padres, por ejemplo, no pueden impedir el derecho a la educación de los hijos aunque esto suponga la escolarización obligatoria. Muchos niños se ven por este motivo obligados a viajar cada día o a vivir en colegios, fuera del núcleo familiar, en contra de la voluntad de los padres. Porque ¿pueden los padres decidir sobre la vida del menor? ¿pueden, por ejemplo, dejar que un hijo muera por negar su permiso para una trasfusión sanguínea, alegando motivos religiosos o culturales, o acaso puede decidir si se le amputa una parte de su cuerpo, como es el clítoris? .¿Por qué entonces el Estado habría de permitir que se someta a las niñas a una indumentaria discriminatoria y mutilante que les impide competir, en igualdad, en materia educativa?.

La educación es obligatoria y debe estar regulada en cada uno de sus detalles, en los contenidos, en los procedimientos, y en el sistema de control, de forma que se garantice el acceso a la misma de todos y todas, se controle su calidad, y se garanticen el principio constitucional de igualdad. Para ello no solo se debe asegurar el suficiente número de centros públicos o concertados, adecuadamente dotados, o el transporte, sino que la docencia impartida sea de calidad, necesariamente laica, y gratuita, -lo que en la actualidad no se produce-, y la accesividad, de los menores, a la misma, con el equipo adecuado. ¿Se imaginan que algún alumno o alumna asistiera a clase de educación física con tacones y una mini ajustada?, ¿o acaso veríamos oportuno que los jóvenes aprendieran a manejar máquinas-herramientas sin atenerse a las normas de seguridad, o escribieran en la pizarra con esposas en las muñecas, aunque lo exijan las creencias religiosas de sus mayores?.

En segundo lugar hay que distinguir entre el entorno privado y los espacios públicos, de lo contrario, muchos ciudadanos podrían optar por ir desnudos, en verano, por la calle sin temer a ser sancionados, o podría permitirse que los coches circularan marcha atrás, o que los transeúntes realizara el coito en los semáforos.

El uso de los espacios públicos está sujeto a unas reglas que exigen recoger la caca del perro, respetar la señalización, y sobre todo, actuar dentro de la legalidad. Sería impensable, por ejemplo, consentir que un marido “sacara de paseo”, por la calle, a “su” mujer con cadena al cuello, o la controlara con un látigo. Tampoco parece lógico consentir el uso en público de indumentarias muy concretas como el burka, que además de limitadoras y perjudiciales para la salud, son seriamente sospechosas de encubrir imposiciones esclavizantes para la mujer.

Finalmente, y sobre el uso del pañuelo en mujeres que son representantes públicas, como el caso de las parlamentaria, insisto en exigir la estricta separación entre la vida privada de estas personas, cuya libertad nadie cuestiona, y sus actos como representante público, en los que cualquier manifestación externa de sus particulares creencias religiosas es inaceptable.

Y dicho esto quiero agregar que la discriminación machista, y el sometimiento de la mujer , como su máxima expresión, no se dan solo en la religión islámica, sino en todas ellas - solo hay que echarle un vistazo a las monjas de clausura para entenderlo- y quien tenga dudas que repase el organigrama de la jerarquía eclesiástica católica compuesta exclusivamente por machos; Y matizar que tampoco es exclusiva de los países islámicos, que desgraciadamente aun mantienen leyes esclavizantes para la mujer, negándole su plena capacidad como persona, y tratándola como a esclava en pleno siglo XXI, sino también de los “modernos” países occidentales, que consiente estos planteamientos, y permiten la situación, haciendo “la vista gorda” cuando les interesa, -y me da igual que sea por motivos militares o económicos-, reconociendo a gobiernos machistas, y comerciando con Estados donde la mujer vive sometida. ¿O alguien cree que si los países occidentales estuvieran preocupados por la discriminación de la mujer iban a llevarse “a partir un piñón” con los que los que la amordazan con sus leyes? …

No vamos a pegarnos por un pañuelo o por una camiseta, pero creo yo que la lucha por las libertades y los derechos, sí merece la pena el esfuerzo.

Mila Carrero Sánchez





jueves, abril 01, 2010

SABEN QUE QUEREMOS SOÑAR

1 de abril

Extremadura al día


Ellos saben que yo quiero soñar. Su trabajo consiste en analizar mi mente, conocerla y colonizarla. Conocen, al dedillo, mis deseos y son capaces de crearme cualquier tipo de necesidad para vendérmela. Saben que me emocionan la música, y los colores, que me conmueven las lágrimas y que me desarmo ante los seres vulnerables. Pero sobre todo tienen claro que quiero escaparme de este mundo, porque sueño con un mundo mejor.

Ellos carecen de ética, y de vergüenza. Su único fin consiste en mejorar los “resultados de caja”, y no existe un medio que pueda resistirse a su control. Te bombardean desde por la mañana con el producto, desde las cofradías, desde los Ayuntamientos, desde la radio, desde la tele, y desde los periódicos. Saturan los programas de noticias, se hacen inevitables en la oferta cinematográfica, inundan los programas televisivos, y se cuelan en tu vida.

Da lo mismo lo que toque. Ahora toca semana santa, procesiones, cofradías, pasos, devoción, turismo. Toca perderse en un mar de gente que se consuela, entregada al compás de las bandas de tambores y trompetas, al pálpito común de una saeta, al desfile de carísimos pasos cuyo coste de mantenimiento, una parte más del negocio, daría para financiar la bajada de la edad de jubilación.

Lugo será el Camino de Santiago. Y nos invadirá otra ola de promoción turística con la bendición de los correspondientes obispos, y el apoyo explícito de las instituciones.

Después llegarán los villancicos, los “buenos deseos”, las felicitaciones navideñas, los portales, los adornos, la noche buena, el pavo, la noche vieja, las uvas, el champán, los reyes y el roscón…y no habrá un lugar donde fijar la mirada que no se encuentre inundado de fiestas navideñas, y de bendiciones pastorales.

¡Y qué bonito es todo!. Parece que todo el mundo viaja, y compra, y sale de bares, independientemente del detalle de que media humanidad sufra una vida de miseria y esclavitud para que el sistema funcione con sus sobredosis de cinismo. Nadie quiere perdérselo, y menos sentirse culpable, aunque los que se forren sean siempre los mismos. Todo es tan envolvente, y parece tan cándido…pero ojito con ser críticos. No esperéis tolerancia los discrepantes, porque os advierto que todo está previsto, y quien se salga del gentío idiotizado será excluido y ridiculizado, hasta que desaparezca o se esconda disimulando entre la satisfecha multitud.

Mila Carrero Sánchez

miércoles, febrero 03, 2010

¿Prorrogar la jubilación hasta los 67?

Será que tenemos lo que nos merecemos
03 feb 2010
¿Prorrogar la jubilación hasta los 67?. En la calle la imaginación se dispara y hay lluvia de idea para el sostenimiento del sistema de pensiones. Un cliente de la multitienda que frecuento proponía que se limitase la edad de cobro de las pensiones hasta dos años por debajo de la media de vida, previa normalización de un sistema institucional pro-deceso, que al modo de un mundo feliz de Aldux hasley , disminuyera a su vez el gasto medico de la sanidad pública. Otra señora, en la misma tienda, inigualable foro de debate, opinaba que la solución está en el voluntariado.
Nos imaginaba a todos trabajando gratis, voluntariamente para engrosar los beneficios de las maltratadas grandes empresas, y los "sufridos" bancos. Aumentar la edad de jubilación, alargar el periodo de cómputo de 15 a 20 años, bajar las pensiones, abaratar el despido, facilitar los EREs, limitar aun más las prestaciones por desempleo y las ayudas no contributivas, reducir el gasto público y que cada uno se pague lo suyo, dedicando el grueso de los ingresos públicos a respaldar altruistamente los fondos de la banca privada mientras bajan los impuestos directos, etcétera, etcétera, forman parte de esta pintoresca batería de propuestas que intentan retrotraernos a una situación hace tiempo superada que tiene mucho que ver con la miseria y la precariedad
Mientras tanto ya son más de cuatro millones los parados oficialmente contabilizados en este País y el Estado, en vez de salvaguardar los poquitos derechos adquiridos por los ciudadanos en lo que creíamos que era un principio de estado de bienestar, dedica el dinero de los contribuyentes a inyectar sabrosas transfusiones de fondos públicos a las grandes empresas y a los bancos para compensar "su crisis".
Sólo un gobierno de izquierdas se plantearía contrarrestar con seriedad esta dinámica forzada por el capital. Lo que no entiendo es cómo los ciudadanos siguen manteniendo en el poder , con su voto, a los partidos que propician y defienden esta tendencia, los que alimentan este sistema desmovilizador que implica la práctica indefensión de los administrados, y me refiero concretamente al PP, y el PSOE, dueños alternativos del gobierno, y de la administración. ¿Será que los españoles queremos vivir entre la precariedad y la desigualdad, será que aun no sabemos que el voto es secreto, o será que tenemos lo que nos merecemos.?

miércoles, enero 27, 2010

DE LA IZQUIERDA PLURAL A LA IZQUIERDA DIVIDIDA

27.6mero 1010

"Divide et vinces", divide y vencerás, dijo, como resumen de su lógica militar, Julio Cesar, que debía saber mucho de estrategia,. ¿Y quién no sabe qué la unión hace la fuerza?.
Con esta preocupación miro a la izquierda y me satisface comprobar la fluidez con que permite el encuentro de su potencialmente poderosa riqueza ideológica, pero hay quien lo percibe como un perpetuo desencuentro.

Y en efecto a un lado se pierden los que atrapados por el “voto útil”, ceden al chantaje de una ley electoral que valora cinco veces más el voto a los grandes partidos como el PSOE que a los pequeños como IU, junto a los que aterrados por la idea de que avance la más rancia “derechona” regalan el voto a un PSOE que guarda las políticas de izquierdas exclusivamente para decorar los programas políticos de las campañas electorales. Al otro se escapan los escépticos, los que temen que su voto se utilice para los intereses particulares de los adictos a la poltrona, practicantes del engaño, las miserias, el pasilleo, las presiones y la más escandalosa falta de principios. Son los y las que decepcionados de tantas conferencias y congresos fraudulentos no quieren apoyar estructuras antidemocráticas, verticales, machistas, y herméticas, porque aunque el papel lo aguanta todo, ya no se creen las promesas de estatutos, y documentos programáticos.

Y mientras tanto la angustia de los parados se disimulan tras vertiginosas pero frías cifras que cada día aumentan, sin darnos tiempo a precisarlas como si a nadie le importara, y no pasa nada.
¿Me pregunto hasta que punto hemos sido engullidos por el sistema. ¿Es que ya nadie considera viable primar el bien común sobre los intereses particulares? ¿Todos somos convencidos neoliberales? ¿No hay nadie dispuesto a luchar contra la ley de la selva? ¿Dónde está hoy la fuerza de los puños reivindicativos?.

Y sin embargo sigue estando ahí, deliberadamente fragmentada por los intereses de “los ricos”. La lucha entre el capital y los trabajadores sigue actualmente más vigente que nunca, y la prueba es la desproporción de recursos empleados en reducir la presencia de la izquierda a grupúsculos anecdóticos de “anacrónicos” románticos, acallándola mediáticamente, desacreditando sus principios, y ¿Cómo no? Siguiendo las enseñanzas del ilustre estratega: dividiéndola.