domingo, noviembre 06, 2011

¿esclavitud y precariedad, y meseria en la ancianidad?

campaña 2011 congreso


Querid@s amigos y amigas, compañeros y compañeras.


Estoy aquí, porque aunque no soy candidata, ni suplente en lista alguna, como sabéis, y pese que a este empeño le dedico un tiempo que tengo que escatimar a mi vida personal, y familiar, y que me requiere gastos que tengo que compensar con ciertas privaciones, he decidido que no me voy a cruzar de brazos mientras que desmantelan delante de mis narices todos los logros sociales y laborales conseguidos en las últimas décadas en nuestro entorno.

No quiero para mis hijas, ni para los hijos de nadie un mundo peor, y desde luego tampoco este. Por eso lucho por mejorarlo.

Como probablemente vosotros y vosotras, he mareado mi cabeza miles de veces buscando soluciones, y sé que todo lo que hagamos será duramente atajado por los que se reparten la tarta de los recursos del planeta. Pero aún así, y aunque cada mañana me tengo que levantar muy temprano para ir al trabajo, aquí estoy y estaré en cada púlpito que se me ofrezca, aprovechando todos los medios que estén en mis manos, para conseguir un sistema que se base en la redistribución equitativa de los recursos.

Y ahora que toca votar para elegir nuevas Cámaras legislativas no voy a dejar que “ellos se lo guisen y ellos se lo coman”. No me da lo mismo quienes ocupen el arco parlamentario, no me da igual que leyes rijan nuestras vidas, no me resbala quien gobierne. Y me niego a darle mi voto a Botín, al Banco mundial, o a las Agencias de Calificación.

Y puestos a votar, y tras medio siglo de decepciones, ahora sé que los dos grandes partidos mayoritarios defienden, independientemente del contenido de sus demostradamente inútiles programas, los intereses del “Gran Capital”. Partiendo de la demostración explicita de sus políticas de recortes y privatizaciones, y de la absoluta desvinculación que practican, una vez finalizadas las campañas, de su programa y de las promesas que los comprometen con sus electores, concluyo que no merece la pena, ni detenerse en ninguno de ambos textos.

Por todo esto yo apuesto por IZQUIERDA UNIDA, y os pido el voto para IU porque es el único grupo que presenta un programa de izquierdas, con propuestas para reorganizar el ESTADO sin castigar a los trabajadores y trabajadoras en general, a los autónomos, o a los pequeños y medianos empresarios, en definitiva, a los que generan la riqueza y están siendo víctimas de esos terribles parásitos denominados los mercados.

Las Encuestas nos dan un Grupo Parlamentario, y es muy probable que de momento por ahí ande nuestra mayor perspectiva de éxito, aunque nunca se sabe. Pero ojalá la izquierda sea capaz de aglutinarse en torno a estas siglas para darle la vuelta a la tortilla. Por mi, desde luego no va a quedar.

Izquierda unida, para elaborar su programa electoral, ha tomado el pulso a la gente, ha querido que las propuestas sirvan para dar respuestas reales a los problemas reales.

Y hace propuestas concretas en torno a 9 ejes fundamentales de los que cumpliendo la mitad de dos viviríamos en el país desarrollado más envidiado, y al mismo tiempo, más solidario del mundo. Y me refiero concretamente a las medidas económicas, y a las medidas sobre los servicios públicos.

Quiero que todos y todas tengamos algo más que un techo, una vivienda digna. No somos sujetos subscritores de hipotecas al servicio de los especuladores, si no personas que tenemos que vivir en un espacio acondicionado, de manera estable, y sin que nos puedan poner en la calle por cambios en el mercado laboral.

Quiero que la sanidad sea de calidad para todo el mundo. Prefiero que vivamos con la tranquilidad de disponer de servicios sanitarios públicos completos a regalarle 10.000 millones de euros cada año a la iglesia, o ni se sabe cuanto a la banca privada.

Quiero que todos y todas tengamos acceso a los mismos recursos educativos, en la medida de lo posible. Que contemos con un sistema educativo que hagan posible formar a ciudadanos con juicio crítico, difíciles de manipular.

Quiero jubilarme a una edad razonable, y desde luego no entiendo que pretendan explotarnos hasta la ancianidad mientras que los jóvenes buscan su primer trabajo. Quiero que los Presupuestos Generales del Estado me aseguren el 100% de una pensión suficiente a esta y a las futuras generaciones.

¿Qué pretenden subiendo el número de años de computo de las cotizaciones y precarizando los contratos? Que nadie sume hasta conseguir el 100% del mismo. Es decir asegurarse que nuestr@s hij@s y niet@s serán esclavos hasta el fin de su vida productiva, si llegan –con una sanidad de pago, que los dejará tirados cuando la necesiten- momento en el que los sumirán en la miseria, si no tienen “pasta” para pagarse una residencia privada… ¿Alguien quiere esto?

Pues si estamos de acuerdo… creo que ahora tenemos una oportunidad, que no podemos dejar de aprovecar: Darle la vuelta al tema votando a IU.



Mila Carrero